La Educación Física en la escuela primaria incide en la constitución de la identidad de los niños y niñas, ya que al impactar en su corporeidad, entendiendo a esta como espacio propio y al mismo tiempo social, involucra el conjunto de sus capacidades cognitivas, emocionales, motrices, expresivas y relacionales contribuyendo así a su formación integral. La vida sólo es posible a través del cuerpo, con su construcción permanente a lo largo de la existencia. Esta construcción es orgánica y subjetiva a la vez, en un desarrollo donde ambos aspectos influyen mutuamente para constituir el modo de ser propio en cada niño, es decir, su corporeidad, y sus producciones, en el vínculo con los otros y en el contexto en los que se desarrollan.
El juego es la actividad primordial del niño, ya que es una forma de interacción con los otros. Si bien predomina en la infancia, perdura – con rasgos modificados – a lo largo de la vida del sujeto. Se entiende el juego como una actividad espontánea, placentera, libre de una utilidad concreta que guarda un cierto orden dado por las reglas.
En un enfoque didáctico puede considerarse desde tres perspectivas:
A- El juego por el juego mismo, como actividad recreativa y placentera.
B- El juego como medio de desarrollo del pensamiento táctico, de las capacidades lógicomotrices, de resolución de problemas y como escuela de la toma de decisiones.
C- El juego como medio de socialización, mediante el cual se despliegan las capacidades sociales y relacionales que permiten la incorporación de normas, reglas, el desarrollo de la solidaridad, la cooperación, el respeto por el otro y la ejercitación de su responsabilidad y vínculos con los demás.
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